GIORGIA MELONI CUMPLE SUS PRIMEROS 100 DÍAS COMO PRIMERA MINISTRO DE ITALIA
Apoyo decidido a Ucrania, el visto bueno de la Unión Europea y el control de sus socios de Gobierno. Los hitos con los que Giorgia Meloni cumple sus primeros 100 días al frente de Italia pintan la imagen de un Ejecutivo pragmático y menos extremista de lo que sus aliados y rivales esperaban.
La primera mujer en gobernar Italia asumió desde su toma de posesión, el pasado 22 de octubre, un tono moderado para calmar las voces más agoreras, que vieron la llegada al poder de la ultraderecha en la tercera potencia europea como un golpe para la estabilidad de las democracias occidentales.
Ni siquiera sus socios en la OTAN sabían a qué atenerse cuando Meloni llegó al poder en coalición con Silvio Berlusconi, el líder de la conservadora Forza Italia que se considera muy cercano a Vladimir Putin, y Matteo Salvini, el admirador del presidente ruso que encabeza la soberanista Liga.
Con un excelente manejo de la comunicación, Meloni ha sido rápida en tomarse dos fotografías: con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en su primera visita al exterior, y con el equipo que detuvo al último padrino de la Cosa Nostra.
Aunque el pragmatismo ha dominado en los asuntos económicos y la política exterior, Meloni ha mostrado más improvisación cuando ha tratado de cumplir sus promesas más populistas, como la desaparición de la renta subsidio a la ciudadanía, pues sus primeros presupuestos solo dificultan el acceso a quienes rechacen un trabajo.