TORMENTA SOLAR PROVOCA ALTERACIONES MAGNÉTICAS EN EL FONDO DEL OCÉANO

25/mayo 2024

Desde hace unas semanas están sucediendo tormentas solares que han generado fallas en sistemas de telecomunicaciones y alteraciones magnéticas en el fondo del océano, siendo esta una de las más grandes en los últimos 20 años.

Es que nuestra estrella solar está llegando al pico máximo de su período activo, dentro de su ciclo solar de 11 años, lo que ha generado espectaculares auroras en los primeros días de este mes en los cielos de muchas latitudes, no solamente en los polos, producto de la masa coronal eyectada y que ha golpeado a nuestro planeta.

Las tormentas solares comienzan en las manchas solares, áreas más frías y oscuras en la superficie del Sol, donde los campos magnéticos son particularmente fuertes y retorcidos. Cuando estos campos magnéticos se reorganizan o se cruzan, liberan energía en forma de erupciones solares.

Los gases y plasma que son eyectados en las erupciones del Sol es energía expulsada en partículas solares y radiación al espacio, creando lo que se conoce como eyección de masa coronal, CME, por sus siglas en inglés. Dichas eyecciones generan alteraciones en el campo magnético de los planetas, como la Tierra, y se conocen como ‘tormentas solares o geomagnéticas’.

Esas partículas que interactúan con los gases en nuestra atmósfera generan muestras hermosas de la luz en el cielo, es decir, las auroras. El oxígeno emite luz verde y roja, por eso se ven algunas de ese color, mientras que el nitrógeno brilla intensamente azul y púrpura, y, por lo tanto, también se aprecia esa paleta de colores en la atmósfera.

Las partículas solares llegaron a la Tierra el 10 de mayo y crearon una tormenta geomagnética de larga duración, alcanzando una clasificación de G5, el nivel más alto visto desde 2003. Además, el 14 de mayo, el Sol emitió una erupción solar de clase X8.7, la más grande del ciclo solar 25. Estas perturbaciones geomagnéticas pueden afectar las redes eléctricas, los satélites y los sistemas de navegación, como también alterar el comportamiento de los animales.

Pero la última gran tormenta solar no solo iluminó el cielo con brillantes e inusuales auroras durante la segunda semana de mayo. La misma fue tan intensa que se pudo registrar en las aguas profundas del océano. Es que las brújulas magnéticas de los observatorios submarinos de Ocean Networks Canadá, ONC; registraron una distorsión temporal del campo magnético de la Tierra.

Según datos de la ONC, la intensa actividad solar impactó en las profundidades marinas de hasta 2,7 kilómetros. El cambio magnético más significativo se detectó en el sitio submarino del Pasaje Folger, frente a la costa de Vancouver. En este lugar, la dirección de la brújula se movió dentro de un rango de +30 a -30 grados a una profundidad de 25 metros.

Lo primero que pensaron los expertos que miden estas fluctuaciones son los terremotos submarinos. Examiné si era potencialmente un terremoto, pero eso no tenía mucho sentido porque los cambios en los datos duraron demasiado tiempo y simultáneamente en diferentes lugares. Entonces, investigué si era una llamarada solar, ya que el sol ha estado activo recientemente, explicó Alex Slonimer, especialista en datos científicos de ONC.

Los astrónomos y astrofísicos creen que el máximo solar, el punto de mayor actividad de este ciclo, llegará en algún momento de este mismo año o el siguiente.

La mayor tormenta solar registrada en tiempos históricos, el evento Carrington, que en 1859 inyectó tanta energía en la atmósfera que las oficinas de telégrafos, el mayor sistema eléctrico de la época; se incendiaron de forma espontánea.